miércoles, 13 de abril de 2011

Ninjas: una historia de amor y guerra cap 4

Por algunas extraña razón, publique el cap 5 y el 6 sin haber publicado el 4, así que acá está el capítulo fantasma xD


- ¡Papá!
Kakashi volvió a la realidad, en verdad se había perdido en sus recuerdos...
- ¿Qué ocurre Miyuki?
Ella se detuvo: tenían en frente un enorme barranco, en el cual se veía una entrada.
- Creo que llegamos.

Capítulo 4: Pasado, presente, futuro.

Comenzaron a caminar por el largo tunel que formaba la entrada del laberinto de pasillos y habitaciones en donde el último de los Uchiha vivía. Era un pasillo hecho completamente de roca y con una muy pobre iluminación proveniente de algunas entorchas ubicadas en las paredes.
- Esto es un laberinto papá, deberíamos separarnos para buscar...
- No, no podemos separarnos, no tenemos transmisores, asique será mejor que permanezcamos juntos. Lo mejor será invocar a Pakkun y los demás perros.
- Okey...- no le parecía una gran idea, además del hecho de que si permanecía con su padre no tendría oportunidad de revisar lo que quería, pero aún así decidió no contradecirlo. Mordió fuertemente su pulgar izquiero hasta que salió una gota de sangre, realizó los sellos necesarios y llevando ambas manos al piso dijo- Kuchiyose no jutsu!
Una nube de humo apareció frente a ellos y, al disiparse, dejó tras de sí ocho perros que llevaban la bandana de konoha. El más pequeño de ellos,  Pakkun, levantó la vista para mirar a quien los había invocado y dijo:
- Hum, padre e hija... ¿Qué pasó ahora?
- Naruto- dijo en modo de respuesta Kakashi-. Necesitamos que encuentren a Naruto, recuerdas su aroma, ¿verdad, Pakkun?
- Por suepuesto.
El pequeño sabueso le lanzó un ladrido a los demás perros y todos desaparecieron, dejando una pequeña nube de humo tras de sí.
- Okey... supongo que podemos seguir avanzando por este pasillo mientras los perros intentan encontrar el rastro de Naruto- comentó Kakashi.
- Si, supongo...
Padre e hija comenzaron a caminar por el largo pasillo, ambos miraban al frente y andaban como si nada, sin siquiera dirijirse la palabra el no al otro. No porque no quicieran hablarce, sino simplemente porque ambos se habían acostumbrado a caminar en silencio.
Miyuki caminaba como hipnotizada más que por voluntad propia. Tenía la mirada perdida en el piso de roca rosado. Su mente dibagaba por otras épocas, recordando sus diversas misiones. Miyuki tenía veinte años, pero venía del futuro, un futuro no muy lejano en donde los kinjas habían perfeccionado el arte de la transportación espacial, llegando a crear pergaminos que permitieran romper las barreras del tiempo y lograr el transporte espacio-temporal.
En su época, los ninjas habían adquirido mayor poder y por suerte no lo usaban entre ellos, gozaban de una paz nunca antes vista entre las cinco grandes naciones ninjas, lograda despues de la Cuarta Gran Guerra Ninja, en la cual todas las naciones se habían unido por un objetivo común. Era gracias a esa paz que los ninjas se habían enfocado en el estudio minucioso de las artes ninjas y de la historia, desarrollando técnicas espectaculares y comenzando a realizar misiones por distintas épocas.
Ella misma, luego de ascender a jounin, había, entre otas cosas, luchado en la Primer Gran Guerra Ninja, presenciado el ataque del zorro de nueve colas a la aldea de la hoja, e incluso había estado entre los subditos de Orochimaru como espía, siempre tomando prestada la identidad de alguien más, por supuesto. Sin embargo, en sus dos últimas misiones había actuado como ella misma. La anterioir había sido hacía tres años, hablando desde la época en la que se encontraba, es decir, justo el momento anterior al que Pein, el entonces lider de Akatsuki, atacó la aldea de konoha.
El hokague de su época (que ya no era Tsunade) le había entregado un pergamino, un pergamino fechado entre las muertes de dos de los Akatsuki, Deidara y Uchiha Itachi. El pergamino estaba dirigido a ella y sólo tenía escrita una linea:
“Te espero en el valle del fin a media noche”
No estaba firmado y tampoco tenía algo que pudiera servir para identificar al remitente. Sólo había, entonces, una forma de averiguar que estaba pasando: ir al encuentro del misterioso agente. Fue entonces que el Hokage e dio las condiciones de la misión: debía ir como ella misma, debía encontrarse con la persona que apareciera en el lugar indicado en el momento indicado, debía escuchar o hacer lo que él o ella exigiera (siempre y cuando no rompiera con el código ninja) y debía volver, no podía involicrarse con más personas que quien la había sitado y como siempre, no podía revelar el secreto del viaje en el tiempo. Al igual que en las ateriores misiones, no había peligro de encontrarse consigo misma ya que en el año de la cita ella tenía tan solo cinco años y no se encontraba en la País del Fuego (ni siquiera sabía quien era su padre y que su madre había sido ninja). En realidad, esa era la característica más extraña del pergamino; estaba fechado para ella en una fecha en la que hubiera sido imposible que un ninja la sitara. Y por si fuera poco, el pergamino esta sellado, solo un ninja podía abrirlo. Todo era sumamente extraño. Aún así ella acepto la misión con mucho entusiasmo, como siempre.

Cuando llegó al espacio-tiempo asignado no pudo evitar contemplar el paisaje: el critalino río fluía tranquilamente, reflejando sobre su superficie la hermosa y brillante Luna llena que se elevaba dominante sobre el estrellado cielo nocturno. El único sonido que se escuchaba era el del golpeteo incesante del agua al caer sobre las rocas con la fuerza que le proporcionaba esa gran caída ubicada entre las estatuas de piedra del primer hokage y de Uchiha Madara. Una suave brisa comenzó a soplar haciendo que llegara hasta su nariz un hermoso aroma. Nunca antes lo había sentido, pero era tan suave, tan rico, tan tranquilizante que no pudo resistirse y salió de su escondite entre los árboles en busca de la fuente del hermoso aroma.
Y ahí estaba. Una figura alta, vestida con una túnica negra con nubes rojas que lo hacía parecer robusto; el remitente del pergamino y poseedor de ese aroma hipnotizante era un miembro de Akatsuki. No podía creerlo, ¿para que querría un miembro de Akatsuki verla? Desde donde estaba no distingía nada que le dijera la identidad de ese ninja, por lo que lentamente se acercó. Pero apenas se movió, el ninja giró para mirar exactamente el lugar en donde ella estaba. Fue entonces que pudo ver su rostro y saber quien era: su piel era pálida,sus facciones suaves, su cabello negro azabache, largo y lacio, su mirada fría y sus ojos, esos rojos ojos que la miraban fijo parecían tristes y melancólicos. Uchiha Itachi emanaba un aura de tristesa, melancolía y desesperanza que ella nunca había visto en nadie. Aún así, en cuanto la vió, su cara se transformó y dejó de parecer triste para volverse rígida, fría y sin ningún rastro de emoción aparente.
Se quedó anonadada. Uchiha Itachi se le acercaba poco a poco y ella ahí, sin poder mover un músculo, no sabía porque, pero no podía moverse, estaba congelada. El Uchiha se detuvo a unos centímetros de ella, su sharingan desapareció de sus ojos y entonces él la abrazó. Sí, la abrazó y no fue un abrazo breve y pequeño, sus brazos la envolvieron con la sauvidad y ternura propias de un padre despidiéndose de una hija de la que se siente muy orgulloso. Su cara se undió en el pecho del Uchiha, el hermoso aroma que había sentido antes la envolvió, la embriagó, hizo que todo su cuerpo se aflojara, que sus músculos se relajaran... Sentía que estaba abrazando un colchón de plumas suaves, y estando ahí, nadie le haría daño, nunca más.
Y entonces, con su voz grave y fría, Itachi le dijo:
- Me da gusto volver a ver, mi pequeña Miyuki.

...continuará..

lunes, 11 de abril de 2011

Ninjas: una historia de amor y guerra cap 6 parte 2


- No... ¡Naruto! ¡Rayos!
Sasuke comenzó a reír suavemente, lo que hizo que los gruñidos del chico incrementaran. Kakashi soltó al Uchiha y miró a Naruto con desesperación, no contaba con que Naruto se descontrolara, a decir verdad, no estaba en sus planes que pasara lo que había pasado, pero bebía hacer algo, no podía permitir que saliera una cuarta cola, no otra vez. Entonces, mientras el jounin intentaba ordenan sus pensamientos, el jinyuriki lanzó otro rujido, esta vez mayor, y sin más se lanzó hacia Sasuke.



Pero antes de que cualquiera pudiera hacer algo, una figura apareció entre el Uchiha y el rubio, una figura que detuvo al atacante justo cuando éste estaba por lanzar un zarpazo al primero. Sasuke miró inmediatamente hacia el lugar en donde había caído el cuerpo de Miyuki, sólo para descubrir que éste ya no estaba, sólo había unos pequeños rastros de sangre, nada en comparación al gran charco que se había formado al rebanar a la kunoichi. La figura sacó un pergamino del bolsillo de su chaleco antibalas, colocó una gota de su sangre en él, realizó una serie de posiciones de manos -las cuales fueron tan rápidas que ninguno logró distinguirlas- y luego lanzó el pergamino al cuello de Naruto. Poco a poco el chakra se fue esfumando, haciendo que el chico volviera a la normalidad. Cuando el chakra del kyuubi desapareció por completo, la chica giró sobre sus talones y le lanzó un puñetazo en la cara a su primo, el cual le hizo sangrar la nariz retroceder unos pasos.
- ¿Pero que...?
- No voy a permitir que re maten entre ustedes, ¡me escuchaste, Sasuke!
- ¡Mi.Miyuki!- dijo Kakashi entreconrtadamente.
- ¿¡Pero qué rayos haces!? ¡Yo te mate! ¡Te corté a la mitad! ¡No era un clon, estoy seguro!
- No era un clon normal, es verdad, pero era un clon, uno que no conocen en este plano temporal.
- ¡Eres una...! ¡¿Qué se supone que intentas hacer?!- gritó fuera de sí el pelinegro.
- Lo que todo ninja intenta hacer, cumplir mi misión- contestó ella
- ¿¡Misión?! ¿¡Viniste del futuro para impedir que yo cumpliera mi objetivo!?
- Jaja! No te creas tan importante Sasuke, esa no es mi misión, tu apenas apareces en los libros de historia primo, no eres tan importante en el futuro, es más sólo eres un personaje secundario, de esos que están ahí por una razón inútil, como simple relleno de una historia mayor, es más tu sólo eres un fallo, un fallo histórico, surgido de la equivocación de alguien, alguien más importante...
- ¿¡Un fallo, un error!? ¡¡De que hablas!!
- Esa es la verdad, sólo eres un error, un error cometido por Itachi; se suponía que tú debías morir junto al resto de tu clan, pero Itachi cometió un error y lamentablemente, aunque intentamos arreglarlo y hacer que la historia fuera como debía ser, no pudimos, porque a veces, los personajes secundarios permiten que la historia se desarrolle normalmente y bueno... tu cumples esa función, pero nada más...- agregó ella, en forma de respuesta. En realidad, acababa de inventar eso, jamás se había considerado a Sasuke como un error, ni como algo secundario, pero no podía permitir que se desatara una batalla entre él y Naruto, esa era parte de su misión.
- ¿¡Cómo te atreves...!?- el Uchiha hizo un extraño movimiento, atinando a realizar un jutsu, pero Miyuki fue más rápida.
La chica se alejó unos pasos del otro, al tiempo que activaba su Magekyo Sharingan y lo hacía girar, paralizándo a su primo. Kakashi, un poco más calmado se acercó a Naruto, que había caído de rodillas casi inconsciente luego de que el chakra del zorro desapareciese, dejando a Sasuke completamente en manos de su hija. Ella le había repetido muchas veces que había sido entrenada para enfrentarlo a él y a todos los Uchihas; en el futuro era la encargada de cumplir todas las misiones referentes a la historia del clan y de la relación de sus miembros con los demás shinobis.
- Lo siento Sasuke, se que es duro saber que sólo eres el producto de un error, o mejor dicho que sólo eres un pequeño engranaje, un pequeño peón de un plan mucho más grande, pero esa es la verdad, y no puedo permitir que hagas estupideces, no más, es hora que entiendas ciertas cosas.
La kunoichi tomó de su porta shurikens un pequeño sello, realizó una extraña posición de manos y lanzó el sello a los pies del Uchiha.
Bloqueo de chakra!
El joven lanzó un grito ahogado y cayó de rodillas, aún inmóvil, y ahora sin poder utilizar su chakra, miró con furia asesina a la chica de cabello plateado, la cual se le acercó, se agachó para estar a su altura y le tomó el mentó.
- Tus ojos son tan profundos como los de Itachi, pero también son más oscuros, son como perlas negras, no puedes ver mucho más a través de ellos, los ojos de tu hermano era más bien como el cielo que queda entre dos estrellas, es profundo, oscuro, pero si quieres y tienes la capacidad, puedes ver más allá... Es una lástima que no hayas entendido las intenciones que él tenía para ti, es una lástima que no hayas aprendido algo de lo que él te brindó... en fin... por ahora, no me queda otra que hacer que sufras, al menos un poco... luego entenderás porqué lo hago, porqué dije lo que acabo de decir... pero sólo luego de ésto...- lo miró una vez más y dijo- Tsukiyomi!
Los ojos de Sasuke se tornaron opacos y de lo profundo de su garganta surgió un desgarrador y ensordecedor grito de desesperación. La chica lo soltó y se puso de pie, luego se dirigió hacia donde su padre intentaba despertar a Naruto. Unas pequeñas lágrimas de sangre brotaron de sus ojos rojos, era el efecto que el genjutsu provocaba en su visión, un efecto que por más que se había esforzado en hacer desaparecer sólo había podido disminuir. El Uchiha, a su espalda, cayó al suelo, revolcándose de dolor y lanzando gritos horrendos. Ella limpió la sangre que caía por sus mejillas y se arrodilló junto al jinyuriki, deseando poder acabar pronto con esa misión, ya que aunque no lo demostraba, le dolía y mucho, tener que lastimar a su querido primo.


Proximo cap: La petición de Itachi

miércoles, 6 de abril de 2011

Ninjas: una historia de amor y guerra cap 6 parte 1

En el cap anterior:
Pero entonces tan bruscamente como llegó, su apasionado beso terminó. Un estridente sonido inundó la habitación, haciendo que ambos shinobis se separaran...

Capítulo 6: Situación incómoda.
Una gran nube de humo opacó la vista de ambos y poco a poco sintieron como su chakra volví a circular por su cuerpo: el sello de la habitación se había roto.
De entre el polvo se comenzaron a vislumbrar dos figuras. los dos ninjas ingresaron en la habitación con junais en sus manos dispuestos a atacar si era necesario.
- ¡Naruto! ¿¡Naruto te encuentras aquí!? la voz del ninja copia hizo que Sasuke se alejara aún más de Naruto y desenvainara su peligrosa espada de Kusanagi.
Un fuerte viento se desató, esparciendo el humo y limpiando la visión de los cuatro shinobis. Miyuki paseó su vista por la habitación, a vista parecía muy normal, piso, techo y paredes de roca, con antorchas que le daban un tono rojizo al ambiente, pero cada una de ellas tenía incorporada miles de sellos, como si hubieran sido colocados mientras construían esos muros.
- Papá, esta habitación tiene miles de sellos interconectados, pero cuando volamos esa pared, todos se desasieron.
- ¿Sellos? Mmmm... ¿tu hiciste esta habitación, verdad Sasduke?
El Uchiha no respondió, tampoco levantó la vista para mirar a su antiguo maestro a la cara. Sentía que después de la extraña situación entre él y el jinyuriki no podría volver a ver a nadie a la cara. Blandió a Chokutou en el aire y apuntó directo al shinobi de cabello plateado.
-¿Quien eres tu para hablarme así, eh?
- Parece que no estas de muy humor hoy, Sasuke- dijo tranquilamente el hombre, mientras levantaba la bandana que cubría su ojo izquierdo- Bueno, yo tampoco estoy de muy buen humor que digamos- el sharingan de Kakashi quedó a la vista de todos y el hombre lanzó una furtiva mirada al Uchiha- ¿Qué estás tramando esta vez, Sasuke?
- ¿Cómo te atreves a mostrar ese ojo ante un verdadero Uchiha? Impostor.
- No tienes derecho a llamar impostor a mi padre, Sasuke- lanzó Miyuki, que también tenía la mirada clavada en el pelinegro.
- ¿Ja! Mira quien viene a hablarme ahora, eres tan impostora como tu padre, Miyuki, te haces llamar Uchiha, cuando no lo eres, paseas por el mundo mostrando el sharingan, cuando no tendrías que haberlo despertado nunca...
- ¡Sasuke!- esta vez fue Naruto quien interrumpió al Uchiha- ¡Deja de decir estupideces! Madara...
- ¿Cállate! No tienes derecho siquiera a nombrar a...
- Deja de hablar de esa forma Sasuke- el Uchiha fue interrumpido una vez más, esta vez por Kakshi-, hablas como Madara, ese ninja te lavó el cerebro, y tal parece que los años de su ausencia no te sirvieron para elejarte de sus pensamientos.
- ¿Silencio!
- ¿Basta! ¿No tienes derecho a hablarles así Uchiha, es obvio que lo estúpidos pensamientos de Madara te han quemado el cerebro, o mejor dicho, el poco cerebro que te quedaba después de que la sed de venganza por tu hermano te había consumido!
El Uchiha abrió los ojos de par en par ante la sentencia de su prima, y sin más, se dirigió hacia ella a toda velocidad, dispuesto a rebanarla a la mitad por sus palabras, esas palabras que habían sido como dagas revolviendo en una vieja herida. Había nombrado a su hermano, eso era algo que no toleraba, y más aún viniendo de ella, una impostora, una falsa Uchiha, no podía permitirlo, no lo soportaba, bebía eliminarla, cuanto antes.
Blandió su espada, la llenó con su chakra, al igual que a todo su cuerpo y luego de convertir ese chakra en electricidad, murmuró, al tiempo que lanzaba un espadazo contra la chica:
- Chidori nagashi!
La espada, llena de electricidad, partió a la joven a la mitad, lanzando sangre por doquier, dejando al ninja copia -que había tomado al pelinegro del brazo, sin poder detenerlo- y al jinyuriki completamente helados. El cuerpo inerte de la kunoichi cayó al piso, totalmente mutilado, mientras en el rostro de Sasuke se dibujaba una perversa sonrisa.
- ¡¡¡¡Miyuki!!!!- Naruto lanzó un desgarrador grito, que inundó la habitación, así como los pasillos del laberinto.
Automáticamente, Kakashi tomó al pelinegro del cuello, levantándolo unos centímetros del suelo, lo acercó hacia su rostro y, con los ojos llenos de lágrimas, pero con una mirada tan fría y siniestra nunca antes vista en él, le susurró:
- Jamás... jamás te perdonaré... no esta vez... Sasuke... olvídate de la piedad, olvídate de la bondad, olvíodate de los pequeños sentimientos que aún albergaba hacia ti en lo profundo de mi... olvídate de todo, porque ahora mismo, sin perder un segundo más... yo... voy a...
pero no pudo continuar, un feroz gruñido a su espalda lo cortó. Miró por sobre su hombro: Naruto estaba completamente rodeado de chakra rojo, que comenzaba a tomar forma. Orejas, garrar colas... tres colas de chakra se formaron, envolviendo al rubio.
- No... ¡Naruto! ¡Rayos!
Sasuke comenzó a reír suavemente, lo que hizo que los gruñidos del chico incrementaran. Kakashi soltó al Uchiha y miró a Naruto con desesperación, no contaba con que Naruto se descontrolara, a decir verdad, no estaba en sus planes que pasara lo que había pasado, pero bebía hacer algo, no podía permitir que saliera una cuarta cola, no otra vez. Entonces, mientras el jounin intentaba ordenan sus pensamientos, el jinyuriki lanzó otro rujido, esta vez mayor, y sin más se lanzó hacia Sasuke.

...continuará...