jueves, 10 de febrero de 2011

Ninjas: una historia de amor y guerra cap 5

Capítulo anterior:
Y entonces con su voz fría Itachi le dijo:
- Me da gusto volver a verte, mi pequeña Miyuki.

Cap 5: Roces peligrosos.

Un ladrido la sacó bruscamente del dulce y abrazo de su primo y la arrastró fuera de sus recuerdos. Cuando volvió a la realidad, se dio cuenta de que su padre estaba hablando con uno de sus perros: Bisuke.
- ¡Encontraron el rastro?- le preguntó ella a su padre.
- Si, vamos, apresurémonos.
- Si!
Ambos comenzaron a correr siguiendo al perro, el cual los guió por el elaborado laberinto de túneles...

Mientras tanto, en la habitación anti-chakra, Naruto y Sasuke hiperventilaban a un ritmo algo lento a cause de la agitación producida por la batalla. Ambos tenían raspones y moretones en su cuerpo, así como también rajaduras en sus ropas.
Aunque ahora permanecían a una distancia considerable, uno del otro, durante la batalla, como en toda batalla cuerpo a cuerpo, habían estado peligrosamente cerca. peligrosamente cerca para el cuerpo de Naruto, que se estremecía con cada acercamiento del Uchiha, su corazón se aceleraba con cada roce su piel y con cada bocanada del hermoso aroma de Sasuke, su miembro se entumecía y se acercaba poco a poco a una peligrosa y para nada erección. Para nada deseada para la voluntad del joven jinyuriki, ya que la peligrosa reacción de su cuerpo hacía que su mente se alejara de lo verdaderamente importante: la batalla.
Sasuke sonrió para sus adentros, al tiempo que se aliviaba por estar tan alejado de Naruto. El rubio no era el único que consideraba peligroso que sus cuerpos estuvieran tan cerca; la mente del Uchiha divagaba por lugares extraños cuando su piel rozaba la del jinyuriki. Lo miró atentamente. Su brilloso cabello rubio había quedado algo ennegrecido, finas gotas de sudor resbalaban por su frente, ahora desnuda ya que él había logrado cortar la bandana que llevaba, sus cristalinos ojos azules se estaban tornando poco a poco rojizos. Eso lo alteró un poco, sabía que significaba, pero era imposible, había diseñado especialmente esa habitación para luchar contra él, para bloquear el peligroso chakra del kyuubi, pero aún así, el increible y fastidioso demonio se estaba escabullendo; sabía que debía detenerlo, si quería seguir con viviendo, la pregunta era: ¿Cómo?
Sabía que Naruto había logrado, hace algunos años, controlar definitivamente el chakra del nueve colas para usarlo a voluntad, pero también sabía que ese control podía botarse a la basura si los sentimientos del chico se alteraban mucho, ocasionando fastidiosas consecuencias. Se volvió a concentrar en los ojos del jinyuriki, su mirada era firme, estaba determinado a ganar esa batalla, sin importar qué. El rojo se estaba esparciendo más y más por sus cuencas, su tiempo se acababa, debía encontrar la forma de apaciguarlo, y rápido.
Una ráfaga de aire hizo que el dulce aroma del rubio llegara hasta su olfato y entonces su mente volvió a divagar por esos lugares extraños y peligrosos... y entonces lo encontró, la forma de hacer que Naruto dejara de lado la batalla y que el peligroso chakra desapareciese. Sería difícil lograrlo, y supondría para él un gran reto, un gran peligro, pero estaba dispuesta a afrontarlo, sin importar nada.
Se acercó velozmente al rubio y, como lo tomó por sorpresa, pudo agarrarlo del brazo antes de que el otro pudiera atinar a moverse. En un rápido movimiento lo tomó de la cintura y lo atrajo hacia sí. Pudo sentir perfectamente cómo la respiración del shinobi se detenía por un momento, cómo los latidos de su corazón se aceleraban y cómo su respiración volvía, muy acelerada esta vez. Así mismo, sus propios latidos comenzaron a acelerarse y todo su cuerpo comenzó a temblar. Clavó sus profundos ojos negros en los cristalinos del otro y poco a poco fue acercando su rostro al de él.
- Sa-Sasuke... que...- murmuró Naruto, intentando zafarse.
- Cállate- sentenció él. Y entonces se dio cuenta de que si quería lograr su objetivo debía ser... mas amable- Emm... no digas nada... solo...- le costaba encontrar las palabras adecuadas- solo tranquilízate, si?
Naruto tragó saliva. Sasuke aguardó unos minutos y sólo cuando supo con seguridad que el rubio no se escaparía, soltó su cintura y lentamente tomó su rostro. Su propio corazón comenzó a latir a mil por hora y entonces, en susurros, le dijo:
- Solo relájate y déjate llevar...- se lo dijo al jinyuriki, pero sabía que también se lo decía a él mismo. No tenía idea de como reaccionaría su cuerpo y su mente ante lo que haría a continuación.
Acercó lentamente el rostro del otro hacia el suyo,  las puntas de sus narices se tocaron y lentamente depositó un beso sobre sus labios. Cuando sus bocas se encontraron el efecto fue inmediato, todos sus músculos se relajaron, a excepción de uno, el cual se tensó, el cuerpo del rubio también se aflojó y, para su sorpresa su corazón dio un salto, un salto que nunca había dado al besarse con una mujer. Las manos de Naruto tomaron sus brazos, al principio fuertemente, pero después se relajaron y comenzaron a deslizarse por su torso, para terminar en su cintura. Al contrario de lo que había supuesto, no pudo controlarse, ninguna de los dos pudo hacerlo: sus cuerpos se pegaron bruscamente, su beso se intensificó y todo quedó atrás. La lengua del pelinegro penetró en la boca del rubio con brutalidad, pero aún así el otro la recibió muy bien, haciendo que ambas se sometieran a una brusca y apasionada danza. Sus manos abandonaron el delicado rostro de Naruto y se posaron en su cadera.
Pero entonces tan bruscamente como llegó, su apasionado beso terminó. Un estridente sonido inundó la habitación, haciendo que ambos shinobis se separaran...

..continuará...