lunes, 3 de enero de 2011

Ninjas: una historia de amor y guerra cap 2

- Parece que no soy el único en reaccionar así...

Capítulo 2

- Naruto...
- Cállate Sasuke, admítelo, sólo permaneces lejos de la aldea porque no puedes con tigo mismo, no entiendes tus sentimientos, no puedes salir del laberinto que tienes en tu mente.
Sasuke permaneció en silencio un momento, suspiró profundo y luego dijo:
- Supongo que tienes razón, desde la muerte de mi hermano creo que no tengo motivos suficientes como para seguir haciendo lo que hago.
- ¿Motivos suficientes? ¿Eso quiere decir que tienes al menos un motivo?
- Siempre se tiene un motivo, tu deberías saberlo mejor que nadie.
- Si, bueno. Supongo que le motivo de mi duro entrenamiento siempre fuiste tú.
- Al igual que supongo tú fuiste el de mi venganza.
Naruto lo miró extrañado.
- Mi hermano mató a toda mi familia y yo no lo entendía, quería vengarme de él y cuando me lo enfrenté al fin, cuando él murió y supe la verdadera historia de mi Clan, un extraño sentimiento comenzó a crecer en mí, un sentimiento de odio hacia mucha gente, hacia todos... sentía que mi vida entera había sido una farsa, una gran mentira, y por eso sentía que debía vengarme de los que me habían mentido siempre y sólo encontré un culpable: Konoha. Y tú estabas en la aldea. Entonces me convencí a mí mismo de que siguiendo a Madara podía cumplir la destrucción de Konoha, pero aún quedaba algo.
- ¿De qué hablas?
- De ti, ya no estaba seguro de si quería matarte, después de todo, tu vida también había sido una farsa en cierto sentido. Y entonces quedé completamente confundido, ¿qué debía hacer? No podía con migo mismo, pero cuando estábamos cara a cara mis deseos de venganza crecían y a la vez, crecía otro sentimiento, uno muy extraño, que no estoy seguro de querer sentir...
- Sa-Sasuke...
El Uchiha tenía clavada la mirada en los ojos de Naruto, pero parecía que en realidad estaba mirando otra cosa, o simplemente nada, tenía la mirada perdida, perdida en el infinito de esos ojos cristalinos, intentando entender qué rayos le estaba pasando.
Naruto se percató de eso y se acercó lentamente a Sasuke. Por alguna razón creía saber cuál era el sentimiento del que hablaba Sasuke, imaginaba que el mismo que él había empezado a sentir hace algunos años atrás y que había reprimido porque le parecía extraño e imprudente. Estaba a pocos centímetros de su viejo amigo y al ver que éste seguía completamente abstraído de la realidad, acercó su mano a el rostro del otro. Acarició su mejilla suavemente, su corazón se aceleró, sus rostros estaban sólo a unos centímetros, sentía la respiración tranquila del Uchiha, a diferencia de la suya, que estaba acelerándose.
- Sasuke... tu y yo...
Apenas unos milímetros separaban sus labios.
- Na-Naruto... que...?
Sus labios se rozaron y entonces Sasuke volvió a la tierra, apartó a Naruto rápidamente y se alejó de un salto, al tiempo que desenfundaba su espada.
- Ya no somos amigos Naruto, no somos nada más que dos shinobis intentando seguir su camino. He venido aquí a peleas, y eso será lo que haga.
Naruto estaba helado, anonadado. El pequeño y simple roce que habían tenido sus labios había despertado en él una sensación nunca antes percibida. Volvió a  mirar a Sasuke, el brillo había vuelto a sus negros ojos, que al instante se volvieron rojos, mostrando el Kekkei Genkai de los Uchiha: el Sharingan. Una mueca de violencia apareció en el rostro del Uchiha y supo entonces que la batalla no tardaría en comenzar.

Sasuke temblaba por dentro, pero nunca se lo demostraría al jinyuriki, no iba a permitir que esos sentimientos que había surgido con ese pequeño roce se exteriorizaran, jamás lo permitiría. Sentía que su corazón daba vueltas por todo su cuerpo, su mente no podía concentrarse en lo esencial e importante y sentía unas intensas ganas de llorar. Pero su fuerza de voluntad era más fuerte, siempre lo había sido y esa no sería la excepción, de ninguna lo sería, no lo permitiría.
Y entonces lanzó una estridente carcajada. No tenía idea de porque, pero lo hizo, una carcajada de lunático suplantó las lágrimas.
- No perderé ni un minuto más de mi existencia contigo Naruto... es tu fin...
Y se dirigió a toda velocidad, con su espada, hacia el chico, dispuesto a partirlo a la mitad, y acabar por fin con todo.

Naruto lo vio venir e intentó uno de sus jutsus, pero no pudo, por alguna extraña razón no podía moldear chakra. Ante la imposibilidad de hacer otra cosa, simplemente lo esquivó, pero por poco.
- Ja! Buen intento Naruto, pero lo siento, esta habitación es especial, no se puede moldear chakra en ella... ¿qué harás ahora jinyuriki?
- ¿Qué? ¿Cómo que no se puede moldear chakra? Eso quiere decir que ninguno de los dos puede utilizar sus jutsus.
- Así es, pero a diferencia de ti, yo sí soy bueno en el combate cuerpo a cuerpo y no dependo del chakra de ningún demonio maldito para pelear...
Y con estas palabras, el Uchiha volvió a atacar... y la batalla comenzó...

...continuará...

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